12 de marzo de 2025
Desde su introducción en 2007, las correas bañadas en aceite han sido promocionadas como una solución eficiente para reducir ruidos y aumentar la durabilidad de los motores. Sin embargo, algunos modelos han demostrado fallas prematuras, generando grandes costos para los usuarios. En este artículo, repasamos su funcionamiento, ventajas y riesgos, junto con una guía para mantener tu motor en óptimas condiciones.
Escuchar artículoLa correa húmeda o "bañada en aceite" es un sistema de distribución que se diferencia de las correas secas tradicionales por estar en contacto constante con el lubricante del motor. Su introducción se remonta a 2007, cuando Ford la incorporó en los motores 1.8 TDCI del Focus y Mondeo, con el objetivo de reducir ruido y vibraciones, al tiempo que prometía una mayor vida útil.
Tras su aparición, otras automotrices adoptaron esta tecnología, entre ellas Audi, Volkswagen, Toyota y el ex Grupo PSA (hoy Stellantis). Sin embargo, con el paso del tiempo, algunos motores con este sistema comenzaron a presentar problemas, generando controversia entre los usuarios.
¿Cuáles son los riesgos de la correa húmeda?
El caso más resonante ha sido el de los motores PureTech del Grupo PSA. Aunque recibieron premios como "Motor del Año", muchos usuarios reportaron que la correa se deterioraba antes de lo previsto. Según expertos, el principal problema es la contaminación del aceite con combustible, lo que genera:
Una reducción drástica en la vida útil de la correa.
Desprendimiento de residuos en el lubricante, obstruyendo la bomba y el filtro de aceite.
En casos extremos, rotura de la correa o bloqueo de la lubricación, causando fallas catastróficas en el motor.
Es importante aclarar que el motor 1.6 PureTech (ex THP) y el nuevo 1.0 turbo GSE/T200 de Stellantis utilizan cadena de distribución y no presentan estos inconvenientes.
No solo los PureTech han adoptado esta tecnología. En el mercado argentino, algunos modelos también la incorporan, entre ellos:
Ford: motores 1.5 "Dragon" de Ka y EcoSport.
Chevrolet: 1.0 y 1.2 turbo de Onix, Tracker y Montana.
Ford Ranger: motores 2.0 TD y Bi TD de nueva generación.
Para minimizar riesgos y evitar costosas reparaciones, es clave seguir estas recomendaciones:
Respetá los mantenimientos según el manual del fabricante.
Realizá cambios de aceite y filtro de manera preventiva.
Utilizá siempre el aceite recomendado por la marca.
Controlá periódicamente el nivel de aceite.
Hacé chequeos preventivos con un mecánico especializado.
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En Europa, Stellantis reconoció los problemas del 1.2 PureTech y ofrece garantía extendida. Además, las versiones híbridas de este motor ya reemplazaron la correa húmeda por una cadena.
Si tenés un auto con este tipo de motor, compartir tu experiencia puede ser clave para que otros usuarios estén informados y tomen las mejores decisiones para el cuidado de su vehículo.
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